Mendoza, marzo 2020. El año 2017 fue un poco atípico en Mendoza, la región del Malbec argentino. Fue de bajo rendimiento debido a que se sucedieron varias heladas en primavera y porque, en general, fue un año frío.
“Llevar el vino a una madurez completa exigió un poco más de tiempo de lo normal. Y al tener poca producción, debido a las heladas, la uva fue más concentrada, los sabores más intensos”, comenta Felipe Stahlschmidt, enólogo de Antonina.
Precisa el enólogo de Antonina que el frío igual ayudó a tener una acidez más alta, lo que resaltó los frutados y con ello se logró un vino más fresco y más sabroso.